Se trata de una ruta circular de 8,63 km de longitud por una zona de recogida tradicional de setas por los vecinos de Riópar. No tiene gran dificultad, es accesible para toda la familia pendiente levemente ascendente, con solo 197 m de desnivel positivo en todo el recorrido.
Partiremos de desde la oficina de turismo de Riópar situada entre el Paseo de los Plátanos y la Calle Valencia, iremos por la avenida de los plátanos hacia la carretera de Alcaraz CM-412. Al inicio de esa carretera tomaremos un camino asfaltado a la izquierda. Por el paseo de los plátanos hay establecimientos donde poder almorzar y justo en el cruce que tomaremos a la izquierda, a la derecha, hay una fuente donde podremos llenar agua para hacer el recorrido. Seguiremos ese camino hasta alcanzar un puente sobre el Río de la Vega, tomaremos un camino que puede ser transitado en coche a la derecha, paralelo al río por lo que nos vamos a encontrar una vegetación de ribera, donde podremos encontrar principalmente cagarrias o colmenillas (Morchella esculenta), setas de chopo (Agrocybe cylindracea) y barbudas (Coprinus comatus). Siguiendo el camino nos encontraremos un nuevo cruce que tomaremos a la izquierda, por ese camino hasta llegar al cortijo de Santos Peña nos encontraremos a la derecha zonas abiertas, eriales, donde podremos encontrar setas de cardo (Pleurotus eryngii), Macrolepiotas (Macrolepiota procera, Macrolepiota excoriata y Macrolepiota mastoidea), pedos de lobo como Calvatia excipuliformis o Lycoperdum perlatum, Barbudas (Coprinus comatus) o champiñones, comestibles como el Agaricus campestris o Agaricus Silvicola.
Al pasar el cortijo, siguiendo un camino que aún puede ser transitado en coche, nos adentraremos en el pinar, situado sobre suelo calizo, donde predominan los pinos negrales (Pinus pinaster), que se mezclan sobre todo con enebros (Juniperus communis) y lentiscos (Pistacea lentiscus) y esporádicamente con alguna encina (Quercus ilex) se trata de una zona muy setera, donde el suelo arcilloso y a orientación al norte favorecen en esta zona de umbría la proliferación de hongos. La vegetación aquí es tupida, pero permite el tránsito a través de ella dado que está mantenida con tratamientos selvícolas. Si realizamos la ruta en otoño, las setas estrella de la ruta son los guíscanos, Lactarius sanguifluus y Lactarius deliciosus. La fructificación de los gúiscanos nos la van a anunciar dos semanas antes, si las condiciones meterológicas se mantienen, los bojines (Suillus collinitus, Suillus granulatus y Suillus luteus). Son abundantes otras setas comestibles como las patas de perdiz (Chroogomphus rutilus), y las setas de cañeja (Clitocybe gibba). También encontraremos rúsulas como Russula delica o la Russula emética, siendo la más abundante la Russula turulosa. Encontraremos en cantidad las cabreras (Tricholoma batshii) y veremos aunque en menor número algunas amanitas como la Amanita ovoidea, de gran tamaño y situada a los pies del camino, o la Amanitopsis vaginata, Al final de la campaña, si las lluvias persisten, cuando bajan las temperaturas y aún no ha helado, encontraremos llanegas blancas (Hygrophorus gliocyclus) y negras (Hygrophorus latitabundus) a rodales y el monte se cubrirá de firulises (Tricholoma terreum), que pueden encontrarse tras las heladas en pleno invierno junto con los pies azules (Lepista nuda).
Las zonas donde el pinar se mezcla con planifolios, que en esta ruta son escasas, podremos ver de forma esporádica Hebelomas como el Hebeloma Sinapizans o el Hebeloma edurum y algunos Boletus como el Boletus eritropus y Boletus luridus o el apreciado Leccinum lepidum.
Casi a mitad de la a mitad de ruta tomaremos una senda estrecha, que ya sólo puede ser recorrida a pie, que nos llevará con algo de pendiente ascendente a la zona recreativa del Campamento de San Juan, donde también nos encontraremos zonas abiertas en las que podremos encontrar nuevamente setas de cardo, champiñones, barbudas, etc..
Tras pasar el campamento de San Juan giraremos a la izquierda tomando un camino ancho, apto para tráfico rodado que nos llevará de nuevo por pinar de las mismas características que el anterior desde donde podremos ver panorámicas muy bonitas del casco urbano, al que llegaremos tras pasar por zonas de cultivo y cruzar de nuevo un puente sobre el Río de la Vega.
